Los Partidos y Movimientos Políticos a través de la historia han sido el motor y los canales de agrupación de demandas sociales más adecuados para el desarrollo de la democracia representativa y en alguna medida la democracia participativa. Es por ello, que es un necesario repensar acerca de cómo están funcionando nuestras organizaciones políticas, hacia adentro como institución y hacia afuera, para el servicio que le prestan a la sociedad. Además, debemos mirar el papel que juegan nuestras organizaciones políticas a nivel de juventudes con el fin de lanzar algunos desafíos que están ad portas y conviene implementarlos en nuestras estructuras partidistas para levantar una generación renovada y con un nuevo espíritu de interés en lo público.
En este sentido, entramos a evaluar
las organizaciones políticas juveniles, partiendo del punto que son aquellas las cuales deben evidenciar
una claro accionar político basado en principios y valores. La organización
política juvenil ideal debe ser aquella que defiende y lucha por convicción por
recuperar Principios y Valores que no son negociables, ya que nunca perecen porque
son inmutables. Algunos de esos principios se sustentan en mandatos
constitucionales tales como el orden, la justicia, la libertad y la dignidad
humana, que se convierten en los ejes orientadores que sustentan en pensamiento
y la ideología que caracteriza un Partido o Movimiento Político en su aspecto cultural,
socio-político y económico.
Hoy en día, podemos decir que la rama de
organización joven del Partido Conservador Colombiano, Nuevas Generaciones y el
Gabinete Conservador Juvenil, sufre uno de sus mayores debacles, perdimos una
generación entera de formación política y nos relegamos de ser una opción real
de poder porque abandonamos lo que alguna vez nos caracterizó, que fue el profundo
arraigo social y nuestro compromiso con las instituciones por encima de las
personas. Estamos sufriendo la mayor ola de incredulidad, escepticismo e
ilegitimidad frente al sistema democrático, frente a la política tradicional y frente
a los partidos tradicionales en la historia, aún más, la juventud dejó de creer
en el Partido Conservador como la fuerza política más importante del país,
porque ni siquiera conoce el gran legado que nos caracteriza al ser el Partido
Político de centro-derecha con más de 164 años de historia y “uno de los más
antiguos de Latinoamérica”[1].
Los jóvenes perdieron su confianza en
las instituciones, en la política y en todo lo que de ella se derive, pero al
mismo tiempo considero en mi sentir que éste es el mejor momento que poseemos y
la mejor oportunidad de hacer ruptura con el viejo tradicionalismo político
para no seguir viviendo estancados en el pasado y de dar como Nuevas
Generaciones un nuevo aire de cambio que impregne a las Juventudes
Conservadoras de vigor y nuevas fuerzas en pro de la construcción de un
proyecto de nación a largo plazo, incluyente y visionario, en donde podamos
construir el país que soñamos, más seguro, justo, educado, con emprendimiento y
en paz.
Buscamos ir más allá de los viejos paradigmas
tradicionales, llevar a cabo un relevo generacional en la política colombiana,
donde se rompan esquemas de nepotismo y clientelismo familiar, en donde “las
personas valgan por su mérito, esfuerzo, preparación y logros como seres
humanos y no por palancas, privilegios y favores reservados a tan solo unos
pocos”[2]; ya que la verdadera organización
política de juventudes será aquella que se construya de abajo hacia arriba -Modelo
bottom up-, no impositivamente sino desde una activa cultura de participación
política, veeduría ciudadana y con esencia de conservatismo civilista y
democrático. Será aquella organización donde cada uno de nosotros se hace
responsable de lo Público y en donde,
a través de un trabajo juicioso y disciplinado abrimos nuevos espacios de
formación y participación de jóvenes para que sean figuras relevantes que lleguen
a los escenarios políticos y a ámbitos de toma de decisión que dignifiquen la
colectividad y den solución a la demandas que exigen el contexto nacional,
latinoamericano e internacional.
Dentro de las Nuevas Generaciones de
Partido Conservador nos hemos propuesto crear oportunidades para que todos
podamos acceder mediante nuestros méritos a los lugares que durante mucho
tiempo estuvieron reservados para los más acomodados y fueron exclusivos de círculos
de poder en el área política, social y económica. Por tal razón, lo que es
deseable dentro de una organización política juvenil siempre debe ser encaminado
a entender que el verdadero trabajo político se hace en equipo, de acuerdo a
los objetivos y finalidades propuestos desde el comienzo. En adición, comprender
que es necesario en algún momento renunciar a intereses netamente personales
por conseguir fines comunes y de sociedad. Por último, desde la Dirección Nacional
de Juventudes de la campaña presidencial de Marta Lucia Ramírez entendimos que
la amistad y la lealtad sí existen en política, somos nosotros los llamados a
ser los enlaces de una generación que está esperando la manifestación de una forma
diferente de hacer política, donde se combine lo teórico-práctico, la
experiencia y la energía, la creatividad y la madurez, eso sí, sin olvidar nuestra
esencia, identidad y carácter como seres humanos apasionados por servir a Dios.
@TaniaLopezLizca
Dirección Nacional de Juventudes