martes, 26 de febrero de 2013

A RECONSTRUIR CAPITAL


Es momento de volver nuestros ojos a Bogotá. Nuestra capital se ha convertido en un fortín político de la izquierda, aunque nos caracterizamos por ser una ciudad de opinión, nos estamos volviendo ¿de pésima elección?

Bogotá vive un momento de crisis, no se trata de una simple coyuntura política, sino que obedece a las nefastas administraciones que han venido una tras otra desde 2004 cuando a Bogotá se lo tomó la visión de gestiones cortoplacistas, que en nada dieron continuidad a las grandes obras que se venían adelantando en temas de cultura ciudadana, planeación, urbanización y movilidad. La ciudad hoy se encuentra en su punto más crítico y profundo de declive tras la fallida administración de Samuel Moreno y su ex copartidario, el actual Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro. Se percibe un ambiente de inconformidad y preocupación que hace dilucidar que por un lado la ciudadanía se encuentra agotada, escéptica y ha perdido la fe en el desarrollo y el buen manejo de la capital, creando un clímax de inseguridad, desconfianza y deterioro del tejido social; por otro lado, no se ve un norte claro ni un proyecto ulterior que nos diga hacia dónde va Bogotá, ya que así como diría Jordi Borja “La ciudad es pensar el futuro y luego actuar para realizarlo”.

Hoy, nuestra ciudad que en algún momento llego a ser conocida como la “Atenas de Latinoamérica” y ser abanderada del progreso social, económico y cultural del continente, queda rezagada del camino, los bogotanos hoy nos preguntamos si acaso nos quedo grande el desafío de construir ciudad, nos encontramos en el dilema de tener la serie de los peores gobernantes de nuestra historia, producto de la mala decisión, ilusión y deslumbre que se forjan los mismos ciudadanos de candidatos ineptos e incompetentes.
Si bien es válido el postulado que afirma que no hay ciudad sin vocación de cambio, los cambios que hemos visto en los últimos mandatos no han sido en suma positivos, la gran empresa llamada Bogotá va en caída y solo nos queda preguntarnos en medio de este sombrío panorama ¿qué vamos a hacer para combatir esta decadencia?, ¿vamos a ser indiferentes mientras una administración deplorable derrocha nuestro erario?

Es allí donde nace una luz de esperanza, se trata de una iniciativa a través de un mecanismo de participación y de movilización ciudadana que va a permitir demostrarle a los gobernantes que cuando las cosas se hacen mal, que cuando se deja a un lado un proyecto de ciudad o de nación por caprichos personales e ideologías trasnochadas, los ciudadanos junto con distintos sectores nos organizamos y nos unimos con un solo propósito: recuperar, retomar el rumbo y la senda trazada para reconstruir sociedad.

Es por eso, que la revocatoria refleja la salida de reacción para volver a ser bogotanos de corazón, no más indiferencia, no más retroceso, es tiempo de impulsar juventudes unidas con el propósito de amar Bogotá, y así, servir de ejemplo a Colombia de que Bogotá la reconstruimos todos.

@TaniaLopezLizca