lunes, 12 de septiembre de 2016

¿Para qué un plebiscito por la paz?

Hoy, los colombianos nos preguntamos qué posición tomar frente a los Acuerdos de Paz que se están dialogando en La Habana, pero más específicamente frente al Plebiscito que la Corte Constitucional recién avaló y con la cual en menos de cuatro meses mínimo 4,5 millones de colombianos deberán salir a las calles a manifestar su mandato.
¿Qué posición tomar? muchos se preguntarán. Puedo decirles que mi posición frente al Plebiscito por la Paz que buscar darle fin al conflicto armado interno va más allá de estar en medio de una campaña de los “amigos de Santos” por un lado, y por el otro, de los que apoyan la resistencia civil y se consideran “amigos de Uribe”. Mi compromiso con los cambios que necesita nuestro país y mi amor por Colombia no se pueden reducir a una pregunta cerrada de Sí o No, ya que quiero apelar más a la sensatez y la razón que a las pasiones ideológicas. Vivimos en una época dominada por el emotivismo, no podemos permitir que la propaganda del Gobierno o contundentes discursos decidan por nosotros, teniendo en cuenta que ésta es una decisión muy importante que debe ser asumida con total responsabilidad, reflexión y conciencia de lo que será mejor en definitiva para Colombia.
Considero que el Plebiscito de la Paz, si bien no era el mecanismo más idóneo para refrendar los acuerdos por parte del pueblo colombiano y avalar los diálogos de La Habana, debe ser analizado detenidamente y por ello, este escrito tiene un fin más pedagógico y de conciencia ciudadana que de polarización política. En el fondo la Paz no es un sentimiento, es una decisión. Una decisión en pro del futuro y contra el pasado.
Es importante aclarar que si se llega un acuerdo, se va a firmar la terminación del conflicto armado interno, ya que la Paz no se firma. La Paz se hace y se construye día a día a través de la transformación de los territorios por medio de la garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos, garantizando bienes y servicios públicos a todos, especialmente a aquellas poblaciones más vulnerables y azotadas por la violencia. Es imperativo la construcción conjunta del tejido social con un enfoque territorial entre el Gobierno nacional, gobierno local, sector privado y empresas, organizaciones sociales y sus comunidades, iglesia, academia y todos los ciudadanos a través de una movilización positiva. La participación de la sociedad civil será vital desde un enfoque Bottom-Up (de abajo hacia arriba) en donde todos nosotros tendremos una oportunidad histórica de enfrentar este enorme desafío de reconstruir nación.
Hasta el momento se ha llegado a cuatro acuerdos de los seis puntos planteados en elAcuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz duradera y estable, el primero de ellos, trata una Reforma Rural Integral –RRI- que sienta las bases para la transformación estructural del campo, crea condiciones de bienestar para la población rural y un desarrollo integral con enfoque territorial; Segundo, el Acuerdo de Participación Política busca una ampliación democrática que permita que surjan nuevas fuerzas en el escenario político, fortalecer el pluralismo con las debidas garantías de participación, oposición e inclusión política; Tercero, el Acuerdo trata sobre la solución al problema de las drogas ilícitas en la cual si bien el conflicto interno precede al narcotráfico éste la ha atravesado de manera transversal y es una problemática que debe analizarse desde la sustitución de cultivos ilícitos, tratamiento de los consumidores y la lucha contra la criminalidad, la corrupción y la narcopolítica; Por último, el Acuerdo sobre víctimas se convierte en el centro de los diálogos, ya que busca conocer las causas del conflicto a través de una Comisión histórica del conflicto y sus víctimas (CHCV), esclarecer los hechos y los motivos de la permanencia del conflicto en el tiempo, para otorgar a la vez una plena satisfacción a los más de 7 millones de víctimas que ha dejado la guerra a lo largo de las últimas décadas. También se creó una subcomisión del fin del conflicto y de género que apoyan con insumos a la mesa del Gobierno y de las Farc.
Esto es solo un abre bocas de lo que se ha venido realizando desde el Gobierno Nacional y de las vicisitudes que traerá consigo este Acuerdo Final. Por ello, la invitación es a que se informe usted mismo, lea los acuerdos, no se quede con las minucias que le brindan los medios de comunicación o el sesgo de muchos analistas políticos. No pretendo convencerlo de nada, lo invito a que se haga su propio concepto de lo que se ha venido acordando desde La Habana, y no está de más recomendarle una herramienta útil, un curso gratuito de http://territoriosporlapaz.gov.co/enterese-del-proceso-de-paz#modulos para informarse mejor de los Acuerdos. Decida por usted mismo, ya que Colombia nos necesita, pero nos necesita informados y preparados.

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